Estos
dias las imágenes de la guerra de Siria son aterradoras. Los medios
de comunicación les dedican poco tempo, ya no son noticia de
actualidad (una guerra que dura ya 7 años). Dedican horas a los
rifirrafe del duelo de reinas y lo paradójico es que también la prensa
internacional recoge la noticia... absurdo.
Deberíamos
estar más preocupados por las terribles injusticias que acontecen en
el mundo. La guerra de Siria está devastándolo todo. Tantas vidas
humanas perdidas, niños, mujeres viviendo constantemente en pánico,
con la muerte ahí enfrente y sin solución. Las ciudades destruidas,
tantos hogares violados, donde seguro que había vida, risas,
familias en torno a una mesa. Gente que se casa, hijos que vienen a
este mundo. Cualquier ser humano en el mundo, se merece tener calidad
de vida y cumplir sus sueños y no ver morir a sus seres queridos
constantemente.
La
política que se está aplicando con la guerra de Siria no puede ser
más perversa. Sólo hay que pensar en el éxodo que ha provocado la necesidad de encontrar donde asentarse tantos seres humanos... y
cuántos quedan engullidos por el mar Mediterráneo. La impresión
que causa ver las últimas imágenes de los ataques con armas
químicas es escalofríante, y a mí me producen dolor y vergüenza.
Y uno se pregunta a que se dedican las “Naciones Unidas”.
Que
si Putin protege a Al Assad, que si hace valer su veto, pues tiene
grandes intereses en la zona. ¿A que precio?. Que si Donald
Trump se erige como Dios del planeta, ahora EEUU amenaza, y saben
que si quieren pueden parar esta locura perversa cuando les venga en
gana. Que se dejen de pantomimas.
Los
seres humanos damos para poco, se nos da muy bien mirar para otro
lado. Es como si no fuera con nosotros. Cuando sale la lista de
Forbes, algunos la miran. Pero a la gente con ética, ¿qué más les
da la lista? No les importa. En el mundo hay muchos seres humanos que
no desean ese dolor a sus semejantes.
Es
más, somos la inmensa mayoría en el planeta que queremos la paz.